Sol y Luna decidieron formar una familia, su vida tenía más sentido el uno con el otro, así que se armaron de valor y dieron el gran paso. ¡Y fueron felices y comieron perdices! Generalmente así acaban casi todos los cuentos que se precien, el amor lo puede todo y ambos saben que ese amor es eterno.

Pero un buen día, descubrieron que ya no había perdices, tan solo había una hija (Estrella)…y nada más. Según una canción de Mecano, “el día que tengas ojos rojos y te estornudé la nariz, vamos a hacer lo que podamos por cenar perdiz”, pero ¿qué hacer cuando ya no queda, casi, ni el recuerdo de la perdiz?

Caben tres opciones:

  • Salir juntos a cazar perdices nuevas
  • Resignarse el resto de la vida a comer pollo
  • Deshacer la unión que resultó no ser eterna y buscar, cada uno por su cuenta, sus propias perdices

¿Y qué pasa con Estrella? Ella no ha decidido nada, lo que ha conocido desde que nació se está desmoronando a su lado de forma irremediable, y ella no entiende nada.

¿Cómo crees que acabará este nuevo cuento? Para y piénsalo por un momento.

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Es muy posible que acabe con una disputa por la custodia de Estrella. Y es aquí donde ahora uno espera ver de qué lado me posicionaré, ¿me posicionaré del lado de la madre? ¿Me posicionaré del lado del padre? La respuesta es sencilla y contundente, solo hay un lugar desde el que posicionarse, un único lado válido. Y ese no es otro que el de los hijos. Cualquier otra opción es, cuando menos, irresponsable.

Recuerdo consultas sobre esto en el grupo de Facebook El médico de mi hij@ y me encuentro en consulta con bastantes casos, tanto de niños con problemas tras una separación de los padres, como con parejas que acuden a disolver su unión a través de mediación. Y siempre explico que lo que debe primar es el bienestar, en todos los sentidos, de los hijos.

¿Qué tipo de custodia es la mejor? Pues según varios estudios, la mejor, estadísticamente hablando, es la custodia compartida. Sin embargo, habría que analizar cada situación particular para poder ver qué es lo mejor para los hijos en cada caso. En algunos países, se tiene en cuenta la figura del progenitor más generoso, de manera que, en caso de duda, conceden la custodia al progenitor que esté, por ejemplo, dispuesto a dejar que pasen más tiempo con el otro. Habrá casos en los que lo mejor será la custodia compartida (cada vez más por suerte), otros en lo que lo mejor sea estar con la madre y otros en los que lo conveniente para los hijos sea que la custodia la tenga el padre.

¿El padre, pensaréis algunos? Pues sí. Hay una idea extendida en la que se cree que la custodia debe ser para la madre, algunos, incluso, creen que es una idea feminista. Pero, si lo piensas bien, no es tan feminista y podría ser más bien lo contrario. Esta idea viene de la idea tradicional de familia en la que el marido trabajaba y la mujer se ocupaba de la crianza de los hijos y desde la que no tienen cabida otras formas nuevas de familia. Y, en algunas ocasiones, me encuentro con madres divorciadas que se sienten atrapadas en esta situación. También me encuentro con hombres que sufren muchísimo por no reconocerse su derecho como padres y verse privados de lo que más quieren en este mundo. En todos estos casos, ¿no sería mucha mejor opción para todos compartir la custodia de forma efectiva y real?

La custodia compartida favorece la corresponsabilidad, compartir la responsabilidad de la educación de los hijos, la comunicación y participar activamente en la toma de decisiones. Para el hijo es importante mantener una relación real con ambos, es fundamental en su desarrollo emocional y en su personalidad. El hijo nunca debe suponer una moneda de cambio, ni algo que repartirse, ni utilizarlo como forma de chantaje o venganza creando situaciones, en ocasiones, que ríete tú de La guerra de los Rose.

La custodia compartida no implica, necesariamente, dividir el tiempo a partes exactamente iguales, no siempre es posible ni es lo mejor. Habrá que estudiar con minuciosidad qué sistema podría funcionar mejor en cada caso.

Algunos llegan a pensar que se quiere la custodia compartida para evitar pagar pensión. Pues, en esos casos, lamento deciros que tampoco es del todo cierto. Volvemos a la idea que hoy quiero transmitir: el bien del hijo. Y desde ahí, lo que prima a nivel económico es cubrir sus necesidades, de manera que, cada uno se hará cargo de hacerlo en el periodo de tiempo en que está con el niño y, además, se realizará un cálculo sobre la base de que el progenitor que más gane aportará más. Así que no siempre se evitará pagar la pensión de los hijos en régimen de custodia compartida.

Hoy en día hay muchos tipos distintos de familias, no solo el modelo tradicional, de la misma manera que hay distintos tipos de separaciones y custodias. En todas debe primar el beneficio de los hijos. Y cuando hablamos de cubrir sus necesidades, nos referimos a todas, no solo las de higiene o alimentación, también otras como las emocionales. Así que es fundamental tratar de buscar una forma de mantener una comunicación fluida y coordinar esfuerzos para lograr coherencia en la educación de los hijos.

La mejor situación para los niños es la de la convivencia armónica con ambos progenitores (siguen comiendo perdices para siempre como creían al principio), pero, cuando no es posible, habrá que estudiar cada caso particular, y, si existe duda, encaminar la situación hacia una custodia compartida. Ahora ya no se trata de repartir una perdiz, ahora se trata de que haya dos perdices que compartir.

Ahora te vuelvo a preguntar: ¿cómo crees que acabará este nuevo cuento? Tal vez sigas pensando lo mismo, tal vez haya cambiado algo tu final. Espero haber conseguido que, al menos, te puedas plantear otras opciones.

En mi final, Estrella es una niña feliz, Luna y Sol han encontrado la forma de entenderse y de comunicarse en su beneficio, es más, son cómplices en todo lo que tiene que ver con ella, se ayudan y apoyan. Estrella tiene dos perdices y ha aprendido a vivirlo con naturalidad. Sabe que sus padres la quieren.

Escribe tú tu propio final…si quieres.

 

(Publicado en El País, el 14 de junio de 2017)